Un proxy inverso (por ejemplo, Nginx, Cloudflare) se encuentra frente a los servidores, manejando SSL, almacenamiento en caché y balanceo de carga. Proxied, en contraste, ofrece proxies directos: nos ubicamos del lado del cliente, reemplazando su IP con una dirección móvil confiable para que los objetivos nunca vean su infraestructura.